El cuarto de baño
Uno de los pilares del método Montessori es el ambiente preparado, que permite que el niño se mueva con libertad de manera autónoma. A la hora de ‘Montessorizar’ tu hogar, uno de los espacios que puedes adaptar es el del baño. A continuación, te damos algunos consejos para hacerlo:
El niño debe tener acceso a un espacio donde lavarse las manos sin tu ayuda, que disponga de agua, jabón y toalla (si no quieres agujerear la pared te recomiendo usar soportes con ventosa). En este espacio también puedes incorporar el cepillo y la pasta de dientes.
Si tienes bidé en casa esta es la mejor opción, por ser lo más parecido al lavabo de los adultos. Si no, otras opciones son comprar un lavabo infantil para fijar al borde de la bañera o utilizar una trona de aprendizaje (encontrarás los links al final del artículo) para que pueda alcanzar el lavabo de los adultos.
Cuando el niño se mantiene de pie con estabilidad, Montessori recomienda cambiar el pañal en vertical, en lugar de tumbado en el cambiador. Para ello, podemos colocar en el baño un taburete (para sentarnos nosotros si vamos a cambiarle el pañal o el niño si va a vestirse o desvestirse solo). También es conveniente colocar un espejo en el que pueda verse de cuerpo entero, para hacerle más consciente y partícipe de este proceso, y una papelera donde dejar los pañales sucios.
A partir de este momento, será muy recomendable disponer de un orinal lo más realista posible. No recomiendo orinales que hacen ruidos graciosos cuando cae pipí porque distraemos la atención del aprendizaje real (y dan pie a juegos alternativos como verter agua dentro).
Retirada del pañal
Lo primero que tenemos que entender es que el control de esfínteres no es educable, sino que responde a un proceso madurativo que, en algunos casos, puede alargarse hasta los 5 o 6 años. A medida que madure su sistema nervioso central, el niño empezará a poder contraer los músculos esfinterianos, aguantando lo suficiente para ir al baño.
No hay una edad cronológica concreta, para saber cuándo retirar el pañal debemos esperar a que el niño muestre ciertas señales, que te contamos a continuación:
Señales:
✅ Muestra interés y deseo por utilizar el váter.
✅ Usa la primera persona del singular (yo, mío, para mí).
✅ Es capaz de dejar de hacer algo que estaba haciendo.
✅ Avisa cuando tiene pipí o caca en el pañal para que lo cambiemos.
✅ Aguanta 3-4 horas sin mojar el pañal.
Falsas señales:
❎ No quiere cambiarse el pañal.
❎ Acompaña al adulto al váter.
❎ Un día se sienta en el váter por curiosidad.
❎ Le gusta ir desnudo.
❎ Hace buen tiempo.
❎ Empieza segundo ciclo de Educación Infantil (P3).
El control de esfínteres es un proceso complejo y no lineal en el que puede haber avances y retrocesos. Como adultos tenemos que dejar de lado las expectativas y evitar tener metas o prisas: hay niños que dominan el control de esfínteres en 1 semana y otros que tardan meses.
Asimismo, debemos evitar ciertos comportamientos y comentarios tan normalizados socialmente que la gran mayoría no los consideran maltrato pero que dañan la autoestima del niño de forma irreparable. Estos son:
❎ Obligar al niño a sentarse en el váter continuamente esperando “acertar”.
❎ Dejarlo sentado en el váter solo durante largos ratos.
❎ No cambiarlo inmediatamente si se le escapa pipí o caca para que aprenda.
❎ Poner cara de asco o desaprobación cuando se le escapa pipí o caca.
❎ Decirle que los pañales son solo para bebés, que los niños mayores tienen que ir al váter.
❎ Decirle que sus amigos no querrán jugar con él si lleva pañal.
❎ Negarle tu afecto y comprensión cuando se le escapa pipí o caca.
❎ Decidir retirar el pañal en contra de su voluntad.
❎ Cotillear sobre sus avances (o la falta de ellos) con otra persona en su presencia.