Para nosotros es fundamental acompañar y guiar a las familias de nuestra Escuela Infantil Palma Kids Montessori en la crianza de sus hijos e hijas, ofreciéndoles herramientas y recursos para trabajar desde casa. En la etapa de los 0 a los 3 años hacemos mucho hincapié en la adquisición de hábitos que favorezcan la autonomía del niño o la niña, hoy hablaremos de las rutinas relacionadas con el momento de la comida y las recomendaciones al respecto según Montessori.
En casa, trabajamos el momento de la comida según los principios del método Montessori. A partir del año y medio colocamos en un cajón de la cocina a su alcance los utensilios que habitualmente utiliza, para que pueda acceder a ellos sin nuestra ayuda. Empezamos introduciendo 2 vasos, 2 cuencos, 2 cucharas, 2 pechitos y 1 mantel pero según va pasando el tiempo ampliamos el contenido de este cajón, introduciendo nuevos utensilios para nuevas actividades. Recientemente hemos introducido el cortador de manzana, el cuchillo de madera, la jarra y la tabla de cortar. Antes de introducir un nuevo utensilio tenemos que explicar al niño cómo y para qué utilizarlo.
Todos los utensilios que utiliza el niño son iguales a los del adulto pero adaptados a su tamaño: vasos de cristal, manteles de tela, cuencos de cerámica, cubiertos de metal… Estos utensilios tienen control de error, es decir, sirven un único propósito y no invitan al niño a jugar con ellos pues no tienen colores ni dibujos y además se rompen si se caen.
A partir del año y medio también retiramos la trona y en su lugar colocamos una mesa y una silla de su tamaño. El uso de la trona lo hemos limitado a las comidas familiares, cuando queremos estar todos a la misma altura.
Cuando llega el momento de comer, le preguntamos si quiere poner la mesa. Normalmente le encanta ayudarnos colocando el mantel, el vaso, el cubierto y colocándose el pechito. Otras veces no quiere hacerlo y lo hacemos nosotros sin insistir en ello. Una vez puesta la mesa, le damos el cuenco con la comida para que lo lleve a la mesa y le permitimos comer solo, alternando los cubiertos con la mano. Si pide nuestra ayuda se la ofrecemos, sino nos limitamos a supervisarle manteniendo cierta distancia.
Desde bebé, empezamos a asociar cuando no quería comer más con levantar las palmas de las manos y decir “ya está”. Poco a poco fue relacionando este gesto y frase con estar saciado y empezó a hacerlo él mismo, avisándonos cuando no quería comer más en lugar de lanzar el cuenco al suelo.
Cuando termina de comer, recogemos la mesa entre los dos y metemos los utensilios en el lavavajillas. De momento, él transporta los utensilios, yo los coloco en el lavavajillas y él cierra la puerta. A continuación, nos vamos al baño a lavarnos las manos. A veces no quiere lavarse las manos, como en nuestro caso esto a veces deriva en un enfado suelo ofrecerle una alternativa: lavarse con una toallita.